martes, octubre 28, 2008

Inquisición Non sancta

Y cómo haremos luego si hasta la risa y nuestras sonrisas son síntomas de hipocondría? Y más adelante, cuando la palabra filial recalcitra y se convierte en espada flamígera? Amén de los casos en los que todo cuanto ello implica es siempre quimera que embriaga y extasía la comprensión de lo real. Mente-caliente, mente-ardiente, hervor antiguo que corrompe el juicio y la justificación. Y así para qué pensar. Lo justo es hermético y las razones casi nunca van más allá de donde alcanza la vista.


Faulkner-sibila ya había dicho que los hechos no guardan relación con la verdad. Mejor así lo sea, porque pierden su trabajo los culpables, los humillados los perseguidos y hasta ese inquisidor latente que es el tiempo.

Todo es cuestión de hipocondría.

Creative Commons License
Esta obra está bajo una licencia de Creative Commons.